El Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, Ministerio de Energía y la Junta de Aeronáutica Civil de Chile, presentaron una mesa de trabajo público-privado para el desarrollo en Chile de combustibles sostenibles de aviación (SAF), iniciativa que tendrá como principal objetivo aportar a la descarbonización de la industria aérea.
La iniciativa cuenta con la colaboración de la División de Combustibles y Nuevos Energéticos, además del apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo. Y entre todas estas organizaciones gubernamentales y privadas, comenzará una serie de sesiones que se realizarán durante un semestre para analizar los diversos eslabones de la cadena de producción y uso de estos de combustibles.
Juan Carlos Muñoz, Ministro de Transportes y Telecomunicaciones, indicó que en la búsqueda de avanzar en los SAF, se está convocando a actores de toda la cadena productiva de los mismos, tanto en el sector público como privado. Incluyendo a los operadores aéreos, asociaciones de líneas aéreas y de energéticos, productores y distribuidores de combustibles, aeropuertos, empresas concesionarias, fabricantes de aeronaves, entre otros.
Los combustibles sostenibles de aviación podrían contribuir por sobre el 55% en la meta de descarbonización de la industria al 2050, siendo la opción más viable para reducir las emisiones en el corto plazo, y lo que ha llevado a que los actores del sector pongan énfasis en la necesidad de promover estos combustibles. Los SAF, a diferencia del jet fuel convencional, son producidos mediante distintas materias primas tales como biomasa, residuos o potencialmente hidrógeno, y tienen la cualidad de generar una menor huella de carbono en todo el ciclo de vida del combustible, es decir, desde la extracción bruta de la materia prima hasta su uso en los aviones.
Los SAF serán los grandes contribuyentes a la reducción del gas de efecto invernadero en la aviación, debido a su origen no fósil y a su capacidad de ser utilizados en los aviones con la tecnología actual. Así, este tipo de aviones seguirá siendo utilizado en los próximos 20 años, en paralelo al desarrollo de nuevas tecnologías de propulsión.