Desde el famoso impacto de Tunguska en 1908 no se había vuelto a observar en la Tierra una explosión aérea tan grande como la que provocó el asteroide que explotó el 15 de febrero de 2013 sobre Chelyabinsk, en Rusia.
La explosión fue equivalente a la de 600 mil toneladas de trinitrotolueno (TNT), por lo que las propiedades también se vieron afectadas. En concreto 3.313 edificios de apartamentos fueron dañados y multitud de ventanas y cristales quedaron destrozados.
El TNT es un hidrocarburo aromático cristalino de color amarillo pálido que se funde a 81 °C. Es un compuesto químico explosivo y parte de varias mezclas explosivas, por ejemplo el amatol, que se obtiene mezclando TNT con nitrato de amonio. Se prepara por la nitración de tolueno (C6H5CH3); y tiene fórmula química C6H2(NO2)3CH3.
Según explica la agencia de noticias Sinc, investigadores de la NASA, de la Academia Rusa de las Ciencias y de otros centros internacionales recopilaron esta semana en la revista Science los últimos datos acerca del asteroide, los meteoritos que generó y los daños que causó en la zona del impacto.
“Si la humanidad no quiere seguir el camino de los dinosaurios, tenemos que estudiar un evento como este en detalle”, señala Qing-Zhu Yin, profesor de la Universidad de California Davis y coautor del trabajo.
Los investigadores visitaron 50 aldeas en la periferia de Chelyabinsk durante las semanas siguientes, y utilizaron las cámaras de los smartphones, tablets y sistemas de seguridad para seguir el rastro que dejó la bola de fuego.
Su detonación en el aire, a una altitud de alrededor 90 kilómetros, produjo una onda expansiva lo suficientemente poderosa como para levantar y tumbar a la gente a su paso. Los investigadores han documentado las pequeñas lesiones, afecciones en los ojos y quemaduras leves que afectaron a los vecinos.
«Nuestro objetivo es comprender todas las circunstancias que dieron lugar a la onda de choque perjudicial que envió a más de 1.200 personas a los hospitales en el área de Chelyabinsk aquel día», dice Peter Jenniskens, que lidera el trabajo.