Meta, la compañía matriz de Facebook, Instagram y Threads, anunció el fin de su programa de verificación de hechos, sustituyéndolo por un modelo de «Notas Comunitarias» inspirado en la red social X. Este cambio es parte de una serie de reformas que buscan reducir la complejidad en la moderación de contenido, centrándose en errores, simplificación y supuesta libertad de expresión.
Mark Zuckerberg, CEO de Meta, explicó que las plataformas pasarán de depender de verificadores externos a un sistema colaborativo, donde los usuarios podrán aportar contexto a publicaciones potencialmente engañosas. Según explicó, esta decisión responde a las críticas recibidas por errores de moderación y acusaciones de censura.
Cambios en las políticas de moderación
Entre las modificaciones anunciadas, Meta ajustará los filtros para enfocarse únicamente en violaciones graves como terrorismo, explotación infantil, drogas y fraude, mientras que los casos menos severos serán gestionados por usuarios a través de reportes manuales. Además, las restricciones en temas polémicos como inmigración y género serán eliminadas, argumentando que estas normativas estaban desconectadas del debate público.
Meta trasladará su equipo de revisión de contenido de California a Texas, decisión que busca, según Zuckerberg, reducir preocupaciones sobre supuestos sesgos políticos. Joel Kaplan, jefe de asuntos globales de Meta, afirmó que las reglas de contenido habían evolucionado hacia un control excesivo, limitando el debate abierto en las plataformas.
Influencia política en la eliminación de la verificación de hechos
La decisión coincide con la vuelta de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos. La eliminación de la verificación de hechos ha sido vista por analistas como un intento de Meta por alinearse con la administración entrante. La compañía ya había tomado medidas en esta dirección, como la donación de un millón de dólares para la inauguración presidencial de Trump y la incorporación de Dana White, aliado del presidente, a su junta directiva.
Aunque la verificación de hechos fue implementada en 2016 como respuesta a la proliferación de noticias falsas, pronto se politizó, siendo criticada por supuestos sesgos. Según datos de Axios, el número de sitios dedicados a la verificación de hechos ha disminuido en los últimos años, lo que podría agravar el impacto de esta decisión en regiones donde la desinformación ha llevado a violencia.
Expertos en medios consideran que estas reformas podrían incrementar los discursos de odio y la desinformación, aunque algunos sectores las ven como una oportunidad para devolver a las plataformas un enfoque en la libertad de expresión.