Cruise, la empresa californiana a de vehículos autónomos, dejará de recibir financiación de General Motors. La empresa integrará las operaciones de Cruise en su equipo técnico interno, concentrándose en el desarrollo de programas avanzados de asistencia al conductor y, a largo plazo, en vehículos autónomos para usuarios personales y no para taxis.
Recordemos que Cruise fue comprada por General Motors en 2016 por más de mil millones de dólares y recibió miles de millones adicionales en inversiones para impulsar su expansión en el sector de los vehículos sin conductor. Y pese a las inyecciones de dinero, esta subsidiaria sufrió varios que simplemente no supo subsanar.
Un incidente mayor fue el que ocurrió en San Francisco en octubre de 2023, cuando uno de sus vehículos autónomos atropelló y arrastró a una mujer, lo que resultó en la suspensión de los permisos de operación y en una pausa total de actividades a nivel nacional. En medio de la crisis, el cofundador y CEO, Kyle Vogt, renunció a su cargo en noviembre de 2023.
El futuro de la tecnología autónoma en General Motors
En un comunicado, General Motors justificó su decisión señalando que los recursos necesarios para escalar el negocio eran considerables, especialmente frente a un mercado cada vez más competitivo. A pesar de este cambio de rumbo, la compañía reiteró su compromiso con el desarrollo de tecnologías de conducción autónoma, destacando beneficios como la seguridad mejorada, el flujo eficiente de tráfico y la accesibilidad incrementada.
Mary Barra, CEO de General Motors, afirmó que la integración de los equipos de Cruise con las marcas y capacidades de manufactura de la compañía permitirá avanzar en su visión del transporte del futuro. En contraste con sus competidores como Waymo (Google), Zoox (Amazon) y Uber, General Motors quedó como una de las primeras empresas en retirarse del ámbito de los taxis autónomos.