Investigadores de la Universidad de Texas en Austin han desarrollado una innovadora tecnología que permite registrar la actividad cerebral mediante tatuajes electrónicos temporales aplicados directamente sobre el cuero cabelludo. Estos dispositivos son una alternativa menos invasiva y más cómoda a los sistemas tradicionales de electroencefalografía (EEG), que suelen requerir equipos voluminosos, geles húmedos y complejos procedimientos de preparación.
El sistema se basa en tintas conductoras diseñadas específicamente para su aplicación en superficies pilosas como el cuero cabelludo. Estas tintas están compuestas de polímeros conductores, como PEDOT:PSS, mezclados con materiales que mejoran su elasticidad, adhesión y conductividad. Gracias a un proceso de impresión digital de alta precisión, el tatuaje se aplica en áreas específicas del cráneo identificadas mediante escaneos tridimensionales. Una vez seco, el tatuaje se adhiere a la piel sin causar irritación, manteniendo una conexión estable durante al menos 24 horas, incluso en condiciones de movimiento o sudoración.
Ventajas frente a los sistemas tradicionales de EEG
El diseño de estos tatuajes electrónicos permite superar muchas de las limitaciones asociadas con las configuraciones convencionales de EEG. Por ejemplo, el proceso estándar para colocar electrodos puede tomar hasta dos horas, ya que requiere medir, marcar y aplicar cuidadosamente los puntos de contacto en el cuero cabelludo. Además, los sistemas tradicionales dependen de geles húmedos que pierden efectividad al secarse y de cables que pueden interferir con las señales eléctricas.
En contraste, los tatuajes electrónicos se imprimen directamente en el cuero cabelludo en menos de 15 minutos utilizando una impresora controlada por robot. Las tintas secan rápidamente y forman películas ultrafinas, flexibles y transpirables que se adaptan a la superficie de la piel, reduciendo significativamente el riesgo de pérdida de señal. Además, el diseño permite una mayor compatibilidad con cabelleras densas, algo que anteriormente había sido un desafío para tecnologías similares.
Los ensayos realizados en cinco voluntarios demostraron que los tatuajes electrónicos son tan efectivos como los electrodos tradicionales para captar señales cerebrales, como ondas alfa y marcadores asociados con interfaces cerebro-computadora (BCI, por sus siglas en inglés). Estos resultados resaltan el potencial de los tatuajes para reemplazar no solo los sistemas de EEG convencionales, sino también para ampliar sus aplicaciones a áreas como la robótica y la realidad virtual.
Un futuro de tatuajes electrónicos
El desarrollo de los tatuajes electrónicos temporales abre la puerta a una amplia variedad de aplicaciones clínicas y tecnológicas. En el campo de la medicina, podrían facilitar diagnósticos más precisos de trastornos neurológicos como la epilepsia, los tumores cerebrales y los accidentes cerebrovasculares. Además, los investigadores anticipan que estos sensores podrían integrarse con transmisores inalámbricos, eliminando la necesidad de cables y simplificando aún más su uso en entornos ambulatorios.
Por otro lado, la tecnología también promete ser un pilar en el avance de las interfaces cerebro-computadora, permitiendo un control más intuitivo y eficiente de dispositivos externos como prótesis robóticas. Asimismo, el método de impresión digital utilizado para crear los tatuajes podría aplicarse en otras partes del cuerpo para el monitoreo de señales fisiológicas o incluso para terapias de estimulación eléctrica.
Los próximos pasos en el desarrollo incluyen optimizar el diseño para cabellos largos y densos, mejorar la adhesión de los tatuajes en condiciones extremas y explorar su integración con sistemas de procesamiento y transmisión de datos. Aunque aún queda trabajo por hacer, esta tecnología representa un gran avance hacia soluciones no invasivas, personalizadas y accesibles para monitorear la actividad cerebral.