Una nueva actualización en el blog de Intel ha dejado en claro que la compañía pudo identificar y abordar la serie de problemas de voltaje que afectan a sus procesadores Intel Core de 13ª y 14ª generación. Estos fallos, descubiertos inicialmente en 2022, han provocado inestabilidad en los sistemas, sobrecalentamiento y, en algunos casos, daños irreversibles en las CPU afectadas.
Intel ha lanzado varias actualizaciones de microcódigo para corregir estos errores, siendo la más reciente la 0x12B, que se ha distribuido a los fabricantes de placas base para su implementación a través de actualizaciones de BIOS.
Escenarios que provocan inestabilidad
La compañía ha identificado cuatro escenarios principales que pueden desencadenar el aumento de voltaje en los procesadores Intel Core de 13ª y 14ª generación. El primero de estos se debe a que las configuraciones de entrega de energía de las placas base exceden las recomendaciones de Intel. Para mitigar este problema, la empresa sugiere que los usuarios configuren las placas base con los ajustes predeterminados.
Otro escenario incluye un algoritmo de microcódigo, llamado eTVB, que permitía a los procesadores operar en estados de alto rendimiento incluso a temperaturas elevadas. Esta situación fue abordada con la actualización de microcódigo 0x125 en junio de 2024.
El tercer escenario se refiere a un algoritmo de microcódigo SVID que solicitaba voltajes altos durante un período prolongado, lo que podía causar inestabilidad. Intel lanzó la actualización de microcódigo 0x129 en agosto de 2024 para corregir este error.
Finalmente, el cuarto escenario involucra un código de microcódigo y BIOS que solicitaba voltajes elevados, especialmente durante periodos de actividad ligera o inactividad. Este último problema fue abordado con la actualización de microcódigo 0x12B, lanzada recientemente.
Próximos pasos para los procesadores Intel Core
El proceso de actualización del microcódigo 0x12B ya está en marcha. Intel ha distribuido el parche a los fabricantes de placas base, quienes lo integrarán en las futuras actualizaciones de BIOS. Sin embargo, este proceso puede tardar semanas en completarse, por lo que se recomienda a los usuarios revisar las páginas de soporte de sus fabricantes para obtener la última versión de BIOS disponible.
Es importante recordar que estas actualizaciones son preventivas y no podrán reparar las CPU que ya hayan sido dañadas por los problemas de voltaje. Intel ha extendido la garantía de los procesadores afectados por dos años adicionales para los usuarios que necesiten reemplazar sus unidades.