Antes que digan que es un invento inútil, veamos el lado bueno. La facultad de crear interfaces robóticas que sobrepasen nuestras cualidades y capacidades humanas. Aunque sea jugando al «cachipún» o «piedra, papel o tijeras» en su nombre más internacional.
Y así ocurre con este robot de la Universidad de Tokio en Japón. Los desarrolladores explican que esta máquina es capaz de ganar en todas las oportunidades que juegas contra ella. Sin importar la suerte que tengas.
El robot no es mágico. No lee nuestra mente, pero sí lo hace con los movimientos. ¡Ah! Y el nombre de «piedra, papel o tijeras» en japonés es «Janken».
Campeón del cachipún
A través de la predicción de la forma que toma la mano del ser humano, el aparato puede entender con qué jugarás. ¿En cuánto tiempo? Aproximadamente un milisegundo.
Fuera de pensar en lo gracioso que resulta ver jugar a «Janken Robot«, casi al mismo tiempo que uno, la investigación que conlleva el proyecto es lo interesante.
Esta tecnología, desarrollada por años, es un ejemplo de las posibilidades para generar interacciones cooperativas robot-humanas en unos pocos milisegundos.
Además puede ser aplicada en situaciones donde el humano necesita apoyo de un autómata sin retraso de acción.