Sin ser exagerados, la humanidad completa aún lamenta el triste incendio que devoró -casi en su totalidad- al Museo Nacional de Brasil. Lugar que albergaba más 20 millones de piezas, de distintas épocas y lugares del mundo.
El Presidente de Brasil, Michel Temer, fue claro en sus declaraciones: «La pérdida del museo es incalculable para Brasil. Se perdieron 200 años de trabajo, investigación y conocimiento. Es un día triste para los brasileños».
Y dentro de los objetos perdidos -entre las llamas- se encontraban la mayor colección de arqueología egipcia de Latinoamérica. Además de los mayores acervos paleontológicos del continente y la mayor colección de arqueología clásica en Latinoamérica.
Pero dentro de toda la potente colección, hubo un objeto que no fue consumido por el fuego.
La esperanza del Museo Nacional de Brasil
Todos vimos las imágenes del tremendo incendio, pero ¿quién o qué podría soportarlo? Un meteorito. Y no cualquiera. El «meteorito de Bendegó».
Este gran meteoroide fue encontrado en 1784 en el estado de Bahía y pesa 5.260 kg. En la época que fue descubierto era el segundo más grande de todo el mundo. Y actualmente es el meteorito metálico más grande de todo Brasil.
La «Pedra do Bendegó», como también es conocida en su país, fue encontrada por un niño llamado Domingos da Motta Botelho, quien trabajaba en el ganado de una granja cercana al lugar donde habría caído hace miles de años.
Bendegó resistió a las llamas y quedó prácticamente intacto. ¿La razón? Su composición metálica le permitió resistir las altas temperaturas, ya que estos podrían soportar hasta los 10 mil grados centígrados.
El geólogo brasileño, Renato Cabral Ramos, comentó que los meteoritos pueden ser probablemente las únicas piedras capaces de resistir un hecho así. Y si bien Bendegó aguantó, las investigaciones que se realizaron sobre él, se perdieron en la biblioteca del museo.