Miles de científicos están reduciendo su participación y el uso de Twitter, lo que está generando incertidumbre en la comunidad. Una encuesta realizada por la revista Nature, revela las razones de por qué los investigadores están abandonando la plataforma, ahora conocida como X, y lo que están haciendo para construir y mantener un sentido de comunidad científica.
Desde que el empresario Elon Musk tomó el control de la red social en octubre de 2022, se han efectuado una serie de cambios —en gran medida— impopulares en Twitter, incluyendo la reducción de la moderación de contenido. Además, abandonando su sistema de verificación con ticket azul, a favor de uno que otorga a los miembros de pago más influencia y privilegios. Cobrando dinero por el acceso a datos para investigación, limitando el número de tweets que los usuarios pueden ver y cambiando abruptamente el nombre y el logotipo familiar de la plataforma a simplemente «X».
Directamente, la gestión de Elon Musk en la plataforma social ha dejado a los científicos reconsiderando el valor de X, y muchos parecen estar reduciendo el nivel de interacción en sus cuentas o alejándose por completo de la App, sin generar nuevo contenido.
Para tener una mejor idea de cómo los investigadores interactúan actualmente con el sitio, Nature se comunicó con más de 170.000 científicos que eran —o todavía— son usuarios. Casi 9.200 respondieron. Más de la mitad informó que han reducido el tiempo que pasan en la plataforma en los últimos seis meses y poco menos del 7% han dejado de usarlo por completo. Aproximadamente el 46% se ha unido a otras plataformas de redes sociales, como Mastodon, Bluesky, Threads y TikTok.
Con esta migración ha llegado una incertidumbre generalizada. Muchos académicos temen que el cambiante panorama de las redes sociales esté deshaciendo algunos de los avances que Twitter ayudó a facilitar en diversidad, equidad e inclusión para la academia. Por ejemplo, Cristina Dorador, ecóloga microbiana en la Universidad de Antofagasta en Chile, dice que Twitter le ayudó a promover su investigación en su país y en el mundo. Sin una plataforma de redes sociales tan universal como Twitter, teme que ella y otros no tengan muchas opciones para hacer su trabajo más visible, y muchos investigadores no tienen los recursos para mantenerse al día con los cambios que X está haciendo.