Rusia experimentó un revés significativo en su ambición espacial cuando la misión Luna-25 se estrelló en la superficie lunar. Esta misión representaba el primer intento de Rusia de llegar a la Luna en 47 años, marcando un esfuerzo por reintegrarse en la carrera lunar que ha ganado impulso en los últimos años.
El incidente ocurrió cuando la agencia espacial rusa, Roscosmos, perdió contacto con la nave espacial el sábado a las 7:57 a.m. ET, algo confirmado a través de una publicación —por la misma agencia— en Telegram. Las investigaciones preliminares sugieren que un error en el encendido del motor, destinado a colocar a Luna-25 en una órbita previa al aterrizaje, la situó a una distancia incorrecta de la superficie lunar, provocando el accidente.
Thomas Zurbuchen, ex jefe de ciencia de la NASA, comentó sobre el incidente, destacando la complejidad de aterrizar en cuerpos celestes. Lamentó lo sucedido y dejó en claro que a pesar de los logros pasados, el éxito no está garantizado en misiones actuales, a través de una publicación en su cuenta X.
Recordemos que Luna-25 despegó desde el Cosmódromo de Vostochny en Amur Oblast, Rusia, el 11 de agosto. Y originalmente esta misión se planificó en colaboración con la Agencia Espacial Europea. Sin embargo, tras la invasión rusa a Ucrania, la agencia europea se retiró, lo que llevó a Rusia a sustituir componentes europeos en el módulo lunar por instrumentos científicos locales.
Con la pérdida de apoyo europeo, Rusia busca alinear sus esfuerzos con China en la carrera por aterrizar astronautas en la Luna en la próxima década. China ya ha demostrado su capacidad para aterrizar en la Luna con tres misiones exitosas. Sin embargo, queda por ver qué aportará Rusia a esta colaboración.
Luna-25 tenía como objetivo superar el intento de India de aterrizar en la Luna con la misión Chandrayaan-3, que se lanzó el 14 de julio y está programada para aterrizar el 23 de agosto. Ambos países tenían como objetivo el polo sur lunar, una región de interés debido a las posibles reservas de hielo que podrían utilizarse para obtener agua potable, combustible u oxígeno.
Con el revés de Rusia, ahora todas las miradas están puestas en la misión Chandrayaan-3 de India, esperando que logre un aterrizaje exitoso este mes.