Una investigación publicada en el ‘SEG Technical Program Expanded Abstracts 2017‘, propone la evaluación de terremotos a través de una técnica llamada medición acústica distribuida aplicada en redes de fibra óptica. Sí, las mismas que nos llevan Internet a nuestros hogares en la ciudad.
Quienes están detrás de esta publicación es la Universidad de Stanford explicando que los cables de fibra son muy sensibles a las vibraciones. Esto daría pie para que puedan funcionar como un eventual sismógrafo, considerando que cuando un cable esta inerte su señal es estable y no varía. ¿Y si alguien o algo la mueve? Todo cambia y esa información podría usarse.
1er año de investigación con fibra óptica
Las pruebas se han hecho por un año (desde septiembre de 2016) bajo tierra del campus en la misma Universidad, con un total de 4,8 kilómetros de fibra óptica. En estos 12 meses ha tenido un rendimiento eficaz para la interpretación de movimientos telúricos.
El nombre de la instalación es ‘Fiber Optic Seismic Observatory‘ y ya ha podido registrar más de 800 eventos en este tiempo que lleva operando. Desde pequeños y locales sismos, hasta incluso el devastador 8,2 que afectó a México el pasado 8 de septiembre a más de 3.200 kilómetros de Stanford.
Si bien los primeros resultados del estudio demuestran que este sistema puede ser bastante útil, los investigadores de la universidad insisten que los tradicionales y actuales sismógrafos siguen siendo más sensibles para el monitoreo de terremotos.
Eso sí, la diferencia con este sistema de medición acústica es que en muchos lugares del mundo ya hay instalada fibra óptica para uso comercial que puede ser utilizada para este propósito. Esto lo hace más barato y accesible para los científicos estudien los terremotos y mejoren sus actuales sistemas de emergencias.