Japón anunció que botará 1,25 millones de toneladas de agua residual tratada por la planta de energía nuclear Fukushima Daiichi en el Océano Pacífico. El gobierno dijo que es la mejor manera de lidiar con el tritio y pequeñas cantidades de otros radionucleidos en el agua.
El controvertido plan para enviar aguas residuales tratadas al Océano Pacífico podría promulgarse el próximo mes, pendiente de la aprobación de seguridad por parte de los reguladores japoneses.
La Compañía Eléctrica de Tokio (a.k.a. TEPCO) y el gobierno japonés se niegan a aceptar que la crisis del agua residual apunta a una crisis nuclear más profunda en la planta de Fukushima. Y está empeorando, porque el agua subterránea que entra en la planta sigue siendo altamente contaminada, mientras que el agua en los tanques que requiere procesamiento ALPS (Advanced Liquid Processing System) aumenta.
Las preocupaciones están aumentando —y no sólo en Japón— sino entre los vecinos surcoreanos sobre la seguridad para la industria pesquera. Localmente, los pescadores que viven y trabajan alrededor de la planta destruida, consideran que el daño reputacional de esta decisión es lo que más temen. La desconfianza hacia TEPCO también ha alimentado el escepticismo entre los lugareños y la decisión probablemente enfurecerá a los vecinos de Japón como Corea del Sur.
Desde el terremoto y tsunami que paralizó la planta nuclear Fukushima Daiichi, el agua utilizada para enfriar los reactores nucleares y las aguas subterráneas contaminadas se han almacenado en enormes tanques en las plantas. El operador de la planta, la propia Compañía Eléctrica de Tokio, dice que para el próximo verano se quedará sin espacio para construir nuevos tanques para contener los 1,25 millones de toneladas acumulados de aguas residuales.
Los críticos argumentan que el gobierno podría adquirir más tierras para construir tanques de almacenamiento. El año pasado, la Agencia Internacional de Energía Atómica con sede en Viena dijo que el plan de Japón para liberar el agua o, alternativamente, dejarla evaporarse al aire era técnicamente factible, «utilizado rutinariamente por las centrales nucleares operativas en todo el mundo» y sólidamente basado en evaluaciones de seguridad y impacto ambiental.
TEPCO dice que las aguas residuales han sido tratadas para eliminar la mayor parte de la radioactividad. Sin embargo, permanece tritio, un isótopo radiactivo del hidrógeno. Pero los grupos ambientales siguen siendo escépticos sobre las afirmaciones del gobierno y TEPCO.