Parece extraño imaginarse cómo se podría comer a gravedad cero, pero la verdad es que es más simple y divertido de lo que quizás tengamos en la mente.
Aún así es un proceso más lento que comer en tu casa, no sólo por la falta de gravedad, más bien por un asunto de seguridad con los instrumentos de la nave que te mantienen vivo y en órbita.
Acá algunos ejemplos «cotidianos» para ellos (tres).
Tomando café: